Productividad

¿Vale la pena? Cómo calcular el costo de cada venta

Si eres dueño/a de una empresa (o si en algún momento te has acercado a un contador), deberías haber escuchado el término «CMV». Suena como algo que puede ayudar a tu empresa a funcionar más efectivamente, y lo es. CMV son las siglas de una de las herramientas más fundamentales para el pequeño comerciante: Costo de Mercadería Vendida. Un reciente estudio realizado por Regus demostró que el 83 por ciento de los encuestados espera que su presupuesto de fabricación siga igual o disminuya. Por eso, aquí te presentamos una guía de los aspectos que cubre el CMV, y cómo podría ayudarte a ahorrar unos centavos más.

Las ganancias no son tan sencillas

Un error común que cometen los principiantes al comercio minorista es tomar el precio minorista, deducir el costo mayorista y quedarse absorto por las ganancias que seguramente van a rendir. No es así de fácil; hay que emplear el CMV para determinar cuánto sale fabricar los productos en primer lugar.

Qué incluir en el CMV

El CMV toma en cuenta todos gastos necesarios para producir los bienes—no solamente las materias primas, sino también la mano de obra directa. Por ejemplo, si ofreces una nueva bebida “súperalimento” a los cafés, tu CMV incluye el costo mayorista de las frutas, más la energía necesaria para licuarlo, los sueldos de tu equipo y el costo de las botellas y etiquetas.

Qué omitir

La renta de un almacén, la gasolina y mantenimiento de una camioneta y fondos para los anuncios de tus deliciosas bebidas no son parte del CMV—son gastos indirectos, igual que los costos administrativos, como los honorarios para tu contador.

¿A dónde va el dinero?

Separar tus gastos en categorías como gastos directos (CMV) y gastos indirectos te muestra exactamente en dónde se está invirtiendo el dinero en tu negocio, y dónde puedes hacer ajustes para aumentar tus ingresos netos.

Toma en cuenta los inventarios

En un determinado año contable, tu empresa probablemente no va a vender todos sus productos para empezar el siguiente año desde cero. Es aquí donde entra el inventario. Al principio del año, nuestra empresa de bebidas determina el valor de todos los productos no vendidos (su inventario), y lo agrega al costo directo que implica producir más bebidas para el año que viene. Al fin del año, resta el valor de todos licuados restantes para sacar su CMV.

Al incluir los valores de su inventario al principio y al fin del año, el CMV le muestra a la empresa de bebidas no solamente cuánto cuesta producir una botella de su jugo exquisito, sino también cuánto gasta la empresa en las botellas que ya ha vendido. Y eso puede hacer la diferencia entre el éxito o fracaso de la compañía—y también de la tuya.